26 Ene Claves para un equilibrio emocional
Si la vida fuera como la tabla de multiplicar, resultaría fácil saber la fórmula exacta para crear ese estado óptimo al que todos aspiramos. Teniendo en cuenta que no es así para nada, podemos utilizar una serie de trucos frente a decisiones difíciles que van presentándose a lo largo de nuestro camino.
- Si usted invierte todo su tiempo y energía en cumplir sus objetivos profesionales o debe centrarse en nutrir sus relaciones con los demás (a riesgo de descuidar sus deseos de carrera).
- Si usted trabaja para perseguir implacablemente sus sueños a toda costa (y perderse toda la diversión), debería simplemente tomarlo con calma y disfrutar porque la vida es demasiado corta para hacer lo contrario.
Tener que elegir un extremo u otro nos puede llevar a un dilema: ¿Realmente tenemos que hacerlo?¿Podría ser que en vez de tener que elegir uno sobre el otro, pudiéramos encontrar un equilibrio saludable entre el trabajo y la calidad de vida?
Aunque no es precisamente un conjunto de instrucciones de vida, el concepto de Yin Yang desarrollado por la cultura china proporciona una respuesta: Equilibrio.
Alcanzamos la verdadera armonía en nuestras vidas cuando encontramos un estado de equilibrio. Esto es lo que Aristóteles llamó el «medio de oro», que es un equilibrio entre los extremos. Incluso la mayor virtud o acción bienintencionada puede llegar a ser perjudicial cuando no se equilibra adecuadamente.
Todo en exceso es dañino.
El exceso en cualquier dedicación o hábito nos puede dañar hasta el punto de verse afectada nuestra salud física y mental. Por mucho que necesitemos tener aspiraciones para prosperar, es nuestro bienestar lo que nos permite tener una oportunidad de tener éxito.
Trabajar duro para lograr metas significativas da un sentido de propósito y dirección a nuestras vidas. Cuando nos atrevemos a soñar (sueños realistas y alcanzables) y cuando hacemos todo lo que está en nuestro poder para lograr tales sueños, nos sentimos vivos y llenos de esperanza. Sin este anhelo y esfuerzo, nuestra vida puede sentirse vacía e inútil.
Sin embargo, cuando todo nuestro sentido de satisfacción y felicidad es contingente en nosotros por alcanzar objetivos interminables, perdemos de vista el momento presente y olvidamos apreciar la vida tal y como es.
Muchos de nosotros posponemos nuestro bienestar hasta que se cumple un cierto objetivo, creyendo que tenemos que sacrificar nuestra felicidad hasta que alcancemos nuestros logros.
Lo curioso es que siempre que logremos esa meta sólo conseguiremos disfrutar de la satisfacción durante un tiempo y entonces otro desafío viene a nuestra mente. Así que si consideramos que la vida está siempre llena de desafíos a superar y metas a alcanzar, terminamos posponiendo nuestra felicidad indefinidamente.
“La clave para una vida bien equilibrada es encontrar ese punto medio entre esforzarse y saborear”
Si bien la vida consiste en esforzarnos para lograr el pleno desarrollo de nuestro potencial y dejar este mundo al menos un poco mejor que como lo encontramos, también es encontrar alegría en los placeres simples y saborear los momentos cotidianos con las personas que amamos .
Soñar y desafiarnos a hacer realidad esos sueños es sin duda muy gratificante. Sin embargo, no debemos olvidar parar un momento nuestra marcha y oler, sentir, saborear, observar… a lo largo del camino.
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