26 Feb En tus zapatos
No es inusual querer que nuestro psicólogo entienda siempre y sin fisuras nuestras experiencias, tal vez incluso que las comparta, pero ¿esta demanda es posible?
El apoyo entre iguales es el refuerzo que procede de personas que comparten nuestras mismas experiencias; mientras que el apoyo profesional proviene de profesionales capacitados, que utilizan tanto su preparación profesional como la experiencia laboral en pro de sus pacientes.
Por lo general, suele ser mucho más fácil confiar en la experiencia de nuestros amigos o quienes pensamos que nos conocen bien, que en los profesionales de la psicología. pes bien, debiéramos pararnos a pensar por ejemplo, si nos importaría o no, si nuestro oncólogo nunca hubiese tenido cáncer, para cuestionar si nos podría tratar o no profesionalmente.
Este razonamiento es diferente cuando el profesional que nos trata, no sólo lo hace con las habilidades clínicas, sino también con la conexión humana. Ansiamos comprensión y queremos saber que no estamos solos en nuestras experiencias y, a veces queremos a alguien que esté sentado a nuestro lado, sintiendo todo lo que ruge en nuestro interior.
La relación terapéutica no suele ser un elemento en la terapia en absoluto. Los orígenes de la terapia dictaron que el terapeuta era una pizarra en blanco, y los estereotipos del paciente tumbado en el sofá mientras que el analista permanecía en silencio fuera de la vista de este, están del todo desfasados. La nueva dinámica de la relación terapéutica es relativamente nueva en el campo y desconocida para la mayoría de las personas.
Con este nuevo elemento, hay nuevas directrices éticas sobre terapeuta – auto-revelación y la formación intercultural. Esta es francamente infravalorada e infrautilizada, pero a su vez ninguna de estas son necesarias y, mucho menos un terapeuta silencioso y distante.
La superación de las dificultades puede hacer que la gente más crítica ceda ante la realidad de las personas que están luchando en una misma situación. La cuestión es que las personas por lo general acuden a terapia para aprender a hacer frente y mejor sus problemas.
Así pues, la próxima vez que te sientes frente a tu psicólogo, recuerda que él ya ha caminado largos kilómetros en tus zapatos.
Sorry, the comment form is closed at this time.